Cementerio de Ansoáin
Por el fuerte San Cristóbal pasaron unos 7200 presos entre los años 1934 y 1945. La inmensa mayoría de ellos eran presos políticos condenados por su defensa de las libertades republicanas. Procedían de todas las provincias del estado y hubo también unos 70 presos de origen extranjero.
Más de 750 de estos presos murieron en el fuerte por enfermedad, hacinamiento, malos tratos, asesinados en la fuga de 1938 o por aplicación de la ley de fugas. Muchos presos gubernativos (presos encarcelados sin acusación ni juicio previo) fueron asesinados en su falsa “puesta en libertad” y enterrados por las faldas del monte Ezkaba. Quizás alguno en las proximidades de Ansoáin.
Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que 203 presos fallecidos en el fuerte fueron enterrados entre 1935 y 1942 en los cementerios de los doce pueblos que en aquellos años componían la Cendea de Ansoáin: Aizoáin, Ansoáin, Añézcar, Artica, Ballariáin, Berrioplano, Berriosuso, Berriozar, Elcarte, Larragueta, Loza y Oteiza. La Asociación Txinparta Red de Memoria Colectiva colocó placas en todos ellos con los nombres de los inhumados en cada cementerio.
La queja de los pueblos por estos enterramientos provocó la construcción del conocido como “cementerio de las botellas” cerca del fuerte.
Corto documental de Iñaki Alforja Sagone.
Desde hace 70 años, en el cementerio del Fuerte de San Cristobal, decenas de botellas se encuentran sumergidas 2 metros bajo tierra. En su interior llevan un mensaje de papel y esperan emerger a la superficie para enseñarnos su secreto. Una exhumación de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, nos hace reflexionar sobre los motivos de familiares y asociaciones y constatar la necesidad de sacar a la luz los secretos que la tierra sorda esconde.
El cementerio de Ansoáin estaba destruido y desclasificado como lugar de enterramiento
A instancias de Txinparta RMC y con el respaldo de todos los grupos municipales, el Ayuntamiento de Ansoáin lo reconstruyó, aprobó una moción de reconocimiento y participó con representación institucional en el homenaje realizado el 22 de mayo de 2010, aniversario de la fuga.
A los 17 presos inhumados en este cementerio se añadieron los nombres de tres sangüesinos cuyas actas de defunción señalaban Ansoáin como lugar de enterramiento, si bien su localización en este cementerio no está constatada a día de hoy.
Presos que fueron enterrados en Ansoáin
Aguirre Zubiaur, Elías
de Meñaka, Bizkaia
Almorox Morón, Francisco
de Aldea en Cabo, Toledo
Balbás Escolar, Francisco
de Torresandino, Burgos
Calzón Díez, Carlos
de León
Carpintero Rodríguez, Manuel
de León
Cortés Larruy, Ramón
de Zaragoza
De las Heras Sanz, Bernardino
de El Espinar, Segovia
Fernández Barragán, José Antonio
de Berlanga, Badajoz
Garay Navea, Juan
de Gernika-Lumo, Bizkaia
González Arroyo, Francisco
de Almagro, Ciudad Real
Mangado García, Juan
de Olite (vecino de Sangüesa), Navarra/Nafarroa
Martín Marín, Adolfo
de El Cerro, Salamanca
Moriones Belzunegui, Romualdo
de Sangüesa, Navarra/Nafarroa
Ortúñez Serrano, Anselmo
de Olmedo, Valladolid
Pérez Vargas, Félix
de Cercedilla, Madrid
Pidal Domínguez, José
de Villavieja, Ourense
Pozo Garmendia, Martín
de Tolosa, Gipuzkoa
Rocafort Apesteguía, Javier
de Sangüesa, Navarra/Nafarroa
Ruiz del Valle, Mariano
de El Molar, Madrid
Soto Morala, Lorenzo
de Villacelana, León